martes, 24 de marzo de 2009

¿JUGAMOS UNA PICHANGÜITA?

Una pichangüita la juega cualquiera, puede ser en el barrio, en el trabajo, con los sobrinos y, claro, la idea es divertirse.
Pero que pasa cuando las cosas se calientan o no sale como uno lo tenía planeado. Que pasa cuando el rival nos supera o, por ahi, nos tocan cuando no deben.
Veamos, pues, algunas de las reacciones más comunes pero no necesariamente las correctas. No hace falte decir, que esto no se debe imitar.

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