
Nobu basa su éxito en la simplicidad y un buen producto, principales bazas de la gastronomía japonesa, aderezadas con las más variadas influencias de otras cocinas, que empezó a recoger cuando a los 24 años montó un restaurante en Perú.
La ausencia en ese país de ingredientes japoneses como el wasabi le obligó a usar los distintos ajíes para las salsas, o el culantro, hasta crear una cocina de mestizaje -no de fusión, pues no le gusta ese término- que es hoy la esencia de su marca, junto al ambiente moderno de sus restaurantes y sus muchos clientes famosos.
"Es una cocin
a japonesa con influencia peruana. El estilo Nobu nació en Perú, pero se ha completado en Argentina, Alaska, Francia, España o China", afirma Nobu, siempre sonriente, en su local de Tokio, donde busca ser profeta en su tierra pese a las obvias dificultades.
Este chef de sushi tiene 25 restaurantes, acaba de abrir dos en Asia (uno en Tokio y otro en Hong Kong) y prepara cuatro este año: Haw
ai, Melbourne, San Diego y Los Angeles, donde en 1987 sentó cátedra con el primero de todos, el simple "Matsuhisa", que lo catapultó a la fama y lo puso en el punto de mira de la gente guapa.
Su imperio se extiende de Dallas (EEUU) a Mikonos (Grecia), Bahamas o Londres, por cuyo exclusivo y carísimo establecimiento, que acaba de cumplir diez años, suelen pasar famosos como los Beckham y supermodelos ansiosas por mantener el tipo.
¿El secreto de su triunfo?: "En una cena de dos horas, ver a la gente divirtiéndose, hablando y disfrutando de mi comida, mi objetivo es que el cliente lo pase bien", resumió a Efe.
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